Los portaaviones forman parte del patrimonio inmobiliario del país en alta mar. Seguramente a todos los países del mundo les gustaría tener tantos portaaviones como sea posible. La necesidad de los portaaviones, al menos durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, era entregar aviones al lugar de un ataque desde el continente, y esto era extremadamente difícil dada la escala del teatro de operaciones y la velocidad de los aviones de la época. el siglo pasado.
Por tanto, era lógico poseer portaaviones que aseguraran la presencia de la nación en aguas internacionales, lejos de sus propias órdenes. Las considerables dimensiones de estos barcos plantearon una preocupación crucial para los militares: ¿pueden los portaaviones resistir el fuego enemigo y reubicarse rápidamente si es necesario?
Estas investigaciones surgen debido a la vulnerabilidad de los portaaviones a los ataques enemigos, dado su tamaño. Sin embargo, estas preocupaciones se están abordando mediante el uso de radares, sonares, destructores y embarcaciones más pequeñas como centinelas vigilantes, capaces tanto de detectar amenazas como de participar en combates. Sin embargo, queda por explorar la determinación de las modificaciones más efectivas entre las opciones disponibles. Averigüemos la respuesta.