El nuevo avión de combate sueco conmocionó al mundo.
Para un país con una población de poco más de 10 millones de personas, es increíble que Suecia pueda mantener uno de los mejores programas de aviones de combate.
La eficacia de un avión ya no está determinada principalmente por la velocidad a la que puede volar. Ahora se trata de cómo la IA instantánea puede interpretar información y presentar los datos para que los pilotos actúen en el combate.
A diferencia de los cazas estadounidenses o rusos, el Gripen sueco no puede llevar la mayor cantidad de armas, no tiene sigilo real. Para ser claros, no es el jet de mayor alcance, el más rápido o incluso el más barato. Sin embargo,
Suecia ha elegido otro nicho para competir. El objetivo del país es desarrollar un avión de combate con la electrónica más avanzada para convertirse en un imán para su aliado más cercano: Rusia.