Los paleontólogos descubrieron una nueva especie de dinosaurio el jueves, y ahora han llamado a la especie de dinosaurio carnívoro gigante Meraxes gigas.
La nueva especie es similar al Tyrannosaurus rex, con una cabeza grande y brazos diminutos.
Según los hallazgos de los investigadores, publicados en Current Biology, las pequeñas extremidades anteriores de las criaturas no fueron un accidente evolutivo, sino que les dieron a los depredadores del vértice de la época ciertas ventajas de supervivencia.
Los hallazgos se obtuvieron durante un período de cuatro años, mientras los investigadores realizaban expediciones de campo en la región norte de la Patagonia argentina, comenzando con el desenterrado del cráneo que se encontró en 2012.
El nombre de la especie, Meraxes gigas, lleva el nombre de un dragón en la serie de libros “Canción de hielo y fuego” que inspiró el programa de televisión “Juego de tronos”.
Los restos de Meraxes indicaron que el dinosaurio murió alrededor de los 45 años de edad y con alrededor de cuatro toneladas métricas de peso, dijeron los investigadores en sus hallazgos. Creen que el dinosaurio vivió hace 90 a 100 millones de años en lo que ahora es Argentina.
Según los hallazgos de los investigadores, la nueva especie es el carcharodontosáurido más completo hasta ahora del hemisferio sur, y documenta la diversidad máxima de carcharodontosauridae justo antes de que se extinguieran.
Carcharodontosaurid se refiere a un grupo de especies de dinosaurios terópodos carnívoros.
La anatomía de este grupo, así como la del T. rex y los abelisáuridos, otros dinosaurios carnívoros gigantes, se define por grandes cráneos, pies y brazos diminutos.
Según los investigadores, este tipo de anatomía aún no se comprende bien.
Pero M. gigas puede estar juntando algunas de las piezas del rompecabezas.
Los hallazgos esqueléticos en Argentina produjeron información anatómica innovadora, ya que incluyeron una extremidad anterior casi completa que permitió a los investigadores comprender un “grado notable de paralelismo” entre los tiranosáuridos y los carcarodontosáuridos divergentes más recientes.
Los hallazgos también aumentaron la comprensión de los investigadores sobre los cráneos de las especies.
Los hallazgos agregan que el descubrimiento esquelético de M. gigs muestra “que los carcharodontosauridae alcanzaron un pico de diversidad poco antes de su extinción con altas tasas de evolución de rasgos en la ornamentación facial posiblemente vinculada a un papel de señalización social”.
Los investigadores dijeron a Reuters que ahora se ha entendido que los antebrazos cortos indican que estos dinosaurios dependían de sus cráneos para atacar a sus presas.
“A pesar de su poderosa apariencia, es difícil imaginar que se usaron mucho, ya que apenas se extienden más allá del cuerpo y no podrían haber alcanzado la enorme boca”, dijo a Reuters el paleontólogo de la Universidad de Minnesota y coautor del estudio, Pete Makovicky.
En cambio, los investigadores creen que los antebrazos se usaron principalmente para actividades de apareamiento.
Independientemente de lo que hayan hecho los pequeños antebrazos por estas bestias gigantes, los científicos ahora pueden comprender cómo evolucionaron algunos de los ancestros quizás más aterradores del planeta.